Existir, pero no vivir
El ciberbullying puede llegar a ser más difícil de lidiar que el acoso realizado en entornos públicos debido a la escala masiva de agresión, a la presión que la víctima llega a sentir a través del acceso a las redes sociales y en algunos casos el problema para lograr identificar al agresor.
Sofía* es una joven universitaria que a los 12 años creó su primera cuenta en Facebook, como cualquier persona que desea estar en contacto con sus amigos y familiares. Hace dos años empezó a sufrir ciberbullying por parte de una compañera de colegio que difundió una foto personal de ella. Era muy difícil ver como muchos de quienes ella consideraba amigos le dieron la espalda e incluso hacían más difícil la situación hasta llegar a un punto sin retorno.
Las redes sociales en un comienzo eran unidireccionales, es decir que no se podía interactuar ni modificar el contenido hecho por los webmaster, pero desde 2004 la red se volvió más bidireccional e interactiva gracias a la aparición de los blogs y de Facebook. Mediante este tipo de interacción virtual se puede realizar la búsqueda de amigos, parejas y aficiones, entre otras. El círculo de amigos influye en su aspecto y apariencia en la red.
La población colombiana está conformada por 51,07 millones de personas, de los cuales los usuarios de Internet activos en el país representan 68% de la población total. De ese porcentaje, 76.4% es activo en diversas redes sociales, como Facebook, TikTok, Instagram y YouTube. Según el reporte ´Digital 2021 Global Overview´ publicado por We are Social de Hootsuite el porcentaje de usuarios de Internet aumentó en un 4,0% lo que representa 1.3 millones nuevos de internautas a lo largo del 2020. Al mismo tiempo el número de usuarios conectados a redes sociales tuvo un aumento significativo de un 11,4% lo que representa un total de 4.0 millones de perfiles nuevos. Los periodos de cuarentena y aislamientos, por motivos de la COVID 19, elevaron nuestra necesidad de estar conectados a Internet y a las redes sociales. El tiempo que los usuarios colombianos invierten en la red y dispositivos digitales se administra así: 10 horas y 7 minutos al día conectados a Internet y 3 horas y 45 minutos al día usando redes sociales. YouTube es la plataforma más usada (95,7%) por los usuarios colombianos activos, seguida de Facebook (93,6%), WhatsApp (90,7%) e Instagram 82,0%.
Ciberbullying es un término que se utiliza para describir cuando un niño o adolescente es molestado, amenazado, acosado, humillado, avergonzado o abusado por otro niño o adolescente a través de Internet o cualquier medio de comunicación. Este fenómeno no es algo que ocurra una sola vez y además se presenta de distintas formas, desde insultos, discriminación o burla sobre características físicas, forma de vestir, gustos, hasta hacer pública información o fotografías que avergüenzan a la víctima. De acuerdo con el estudio Contigo Conectados que desarrolló Tigo junto con la universidad EAFIT, el 12% de los niños y jóvenes encuestados, manifiestas haber sido víctima de ciberbullying. Eso implica que, uno de cada 10 niños consultados indicó que sufrió agresiones personales vía internet.
Según el anterior estudio es necesario prestar atención a la ciudad de Pereira. “El estudio nacional sobre riesgos y oportunidades en el uso de Internet reveló que el 17% de los niños y adolescentes encuestados en aquella ciudad admitió haber sufrido agresiones en internet.” “El ciberbullying, en muchas ocasiones, se ejerce sin intención o premeditación. Un agresor no dimensiona el impacto que puede tener un comentario en una foto en una red social o una publicación ofensiva. Ahí radica la complejidad de este fenómeno”, explicó Ana María Jiménez, vicepresidenta de Asuntos Corporativos de Tigo.
El mal uso de las redes sociales genera diferentes síntomas o enfermedades: Déficit de atención e hiperactividad, trastorno obsesivo compulsivo, la que es considerada como una conducta repetitiva, producida por ideas que invaden la conciencia y que son vividas como repugnantes o sin sentido, trastorno de personalidad narcisista, es un estado en el que no se ve a nadie por encima de sí mismo y se ve a los demás por debajo, hipocondriasis, son las personas incapaces de controlar sus miedos y preocupaciones, dismorfia corporal, es el padecer el desorden de una imagen completamente distorsionada de su cuerpo y tienen la obsesión de pensar en su apariencia. Y depresión que es un estado de tristeza, melancolía, infelicidad, abatimiento o derrumbamiento durante un periodo de tiempo, a causa de la baja autoestima, maltrato, rechazo, aislamiento social.
“Todo empezó aproximadamente hace dos años cuando tuve un problema con una chica que estudiaba en mi mismo colegio, empezó a tratarme mal por redes sociales, pero a tal punto de que ya era insoportable, no hallaba la manera de defenderme y tampoco de frenarla. Entonces digamos que eso me presionaba demasiado y dejaba de entrar a redes, de hecho, cerré las redes por un periodo de dos meses. El mayor inconveniente que tuve con ella fue cuando hizo el comentario de que tenía una foto íntima, eso a mi me afectó muchísimo porque la chica era conocida. Y más que la gente se alimenta mucho del morbo y al ella generar eso lo que estaba haciendo era que toda la gente se fuera al perfil y revisara qué había pasado conmigo, qué más me estaban diciendo, cómo me defendía, lo que yo le decía, y cosas así”, cuenta Sofía.
Así como ella, miles de mujeres en Colomba, y millones en el mundo, han sufrido de violencia y agresión a través de las redes sociales. Según un estudio publicado en el año 2018 realizado por la Universidad de Valencia en España, Colombia tiene una de las tasas de prevalencia de ciberacoso más altas de la región, oscilando entre un 30% y un 40%, junto con Argentina y Perú, esto quiere decir que dos de cada cinco personas han sufrido ciberacoso. Estas cifras de violencia se mantienen, e incluso aumentan con el pasar de los años, la ONU afirmó que para 2020, más de la mitad de los jóvenes han sido víctimas de ciberacoso en Latinoamérica.
La ONG Internacional Bullying Sin fronteras junto a su director Javier Miglino dieron a conocer el trabajo sobre bullying en Colombia, desarrollado entre el primero de octubre de 2017 y el primero de marzo de 2020. En total hubo 8.981 casos graves de bullying, lo que pone a Colombia como uno de los países con mayor cantidad de casos de acoso escolar en el mundo. "A la par del crecimiento sostenido del bullying, cada vez se reportan más casos de hostigamiento y abusos en las redes sociales de Facebook y Twitter. Hay legiones de trolls pagos y de trolls que solo atacan por pura maldad que no discriminan entre menores y mayores; insultando, amenazando e incitando al suicidio a los jóvenes, llevando las ofensas a niveles insostenibles, las 24 horas del día, los 365 días del año. Esos verdaderos asesinos sin rostro son responsables de más de 200 muertes al año, entre niños y adolescentes de América Latina y España", dice Miglino en el blog de la ONG. Sofía pudo haber hecho parte de esta desastrosa cifra en el país: “Yo realmente ese día perdí total cordura y tuve un intento de suicidio, por lo cual obviamente me internaron y empecé a recibir ayuda psicológica y psiquiátrica. No comía, no dormía, me sentía cansada. Yo existía, pero no vivía. Ya después de un tiempo de haber salido de rehabilitación y todo eso, las redes sociales me agobiaban, ya no sentía tranquilidad de saber que estaba en redes. Incluso después de ese incidente me seguían llegando comentarios, críticas y más cosas”.
La virtualidad, el uso masivo de redes sociales y la amplia impunidad y poca judicialización ha convertido al ciberacoso en una forma de violencia igual de grave al acoso en entornos públicos e incluso con un mayor alcance. Según un estudio de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios y el Instituto Internacional por la Seguridad en los Medios, las mujeres tienen más riesgo de sufrir violencia y agresiones a través de redes sociales que en espacios físicos. El ciberacoso en muy pocas ocasiones es denunciado y judicializado, según un informe de abuso sexual infantil con corte del 21 de agosto de 2020, el Centro Cibernético Policial reportó 1.013 denuncias de las cuales se efectuaron 18 capturas, lo cual representa una judicialización de menos del 2%.
“Yo, afortunadamente conté con acompañamiento de mis papás durante todo mi proceso de redes sociales, es el momento que ellos tienen acceso a todas mis redes y no me incomoda. Pero hay muchos casos, por ejemplo, el mío que yo ocultaba lo que estaba sucediendo y nunca se dieron cuenta… Uno cree que está grande para manejar esto solo a pesar de seguir siendo pequeño y es ahí en donde empiezan todos los problemas, cuando se le sale la situación de las manos uno no sabe cómo enfrentarlo y uno termina tomando las peores decisiones”, añade Sofía. Los padres deben ser conscientes del papel fundamental que ellos representan en el crecimiento de sus hijos y en el uso de las redes sociales mientras están en la adolescencia explicando cómo debe ser el acceso responsable, “las reglas de las casas son importantes, en cuanto a las rutinas que los jóvenes deben tener, entonces en el almuerzo, la cena y el desayuno no va a haber celular, manejas el celular después del colegio o los fines de semana para temas de redes sociales y el computador debe estar fuera de la habitación donde los adolescentes no tengan esa necesidad de abrir redes sociales cuando llega la noche.”, comenta Alejandra Pirazán psicóloga clínica.
“El problema de las redes sociales comienza cuando los jóvenes se apartan de su vida familiar y de su vida social cara a cara por estar en las redes, entonces a mayor tiempo en redes, menores capacidades cognitivas van a tener. En el manual de enfermedades mentales hay un apartado de adicciones y está la adicción a Internet y teléfonos móviles, cuando una persona pasa mayor tiempo en las redes, mayor va a ser la adicción porque no están permitiendo que los jóvenes desarrollen atención, está perdiendo la memoria, ni están desarrollando la capacidad de empatía ni de autorregulación porque cuando se tiene una interacción cara a cara se puede ver las facciones de la otra persona, cómo se está sintiendo, si lo que le digo le afecta o no le afecta, si lo que digo le gusta o no le gusta, en redes sociales no hay esa posibilidad, entonces escribimos y no estamos teniendo una empatía y cuando nos responden somos impulsivos y nos vamos a pelear, a defender mi punto de vista o lo que yo soy”, dice la psicóloga Alejandra .
Para combatir este ciber delito y muchos otros en marzo de 2013 fue sancionada la Ley 1620 que creó el “Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el Ejercicio de los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos y la Prevención y la Mitigación de la Violencia Escolar”. El objetivo de esta ley es, por un lado, promover y fortalecer la convivencia escolar, la formación ciudadana y el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de los estudiantes y miembros de la comunidad escolar. Por otro lado, buscar crear mecanismos que permitan la promoción, prevención, atención, detección y manejo de las conductas que vayan en contra de la convivencia escolar en las instituciones educativas. Denunciar los casos de agresión, violencia sexual o ciberacoso es crucial para dar con la captura de los agresores, y que no queden impunes estos delitos.
*Nombre cambiado por protección de la fuente.